Jornada primera
Y así abriremos los girasoles con un canto
Todos los reinos del mundo
Lo percibido y lo dicho
Lo necesario y lo incierto
Lo evidente en un corro de ciegos
La ignición, esa circunstancia de lo probable
No se llama accidente al vuelo truncado de la paloma por la garra del halcón
No se llama regocijo lo que transforma el dolor en fiesta
Toda la soledad del viento que viaja con brújulas audaces
Todas las versiones del héroe redimido por sus actos
Toda la fascinación del niño que descubre
el cielo estrellado un verano una noche
La maldición de los hombres sometidos al dinero y su poder de reducción
La palabra que transforma y realiza
La ilusión del amor y su culto entusiasta
Todo lo que me invento para poder ser
Todo lo que me nutre para poder ser olvido
Todo por ti, hasta el silencio que me protege y resguarda.
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